Mueve el viento a ese gran árbol,que se ve tan poderoso
enganchado a sus raíces y dominando su entorno.
Más sin embargo le puede, la sutileza del aire,
que lo maneja a su antojo, no lo deja rebelarse¡.
Sus ramas grandes señoras, que presumen de poder,
van de un lado para otro, con un suave vaivén
dominadas por la fuerza que no las deja elegir,
las lleva hacia la derecha y a la izquierda quieren ir¡
No protestan, pues se dejan, saben que han de volver
en la quietud de la calma, a vivir otro placer.
Cuando contemplo este ciclo, de quietud y de locura,
descubro que, así es la vida, se resuelven las mil dudas.
Mueve la vida a las gentes, como a las ramas sel aire
el fallo está en rebelarse, en no esperar a que amainen.
Grandes tormentas dominan, los momentos del vivir
Más luego, la calma llega, si sabemos discernir
entre las dudas que asaltan, el orgullo que domina,
la prepotencia que pierde y...la vanidad que anida
en el corazón del hombre, que no espera, que batalla,
sin saber que el atacar,es el arma que nos falla.
Hagamos como tú árbol, que tu orgullo es tu humildad.
No luchas, sino aceptas, donde te quiera llevar,
sabiendo que al esperar, con las raíces bien puestas,
al final encontrarás, todas las grandes respuestas¡
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